Elegir el espacio público como lugar de intervención es una toma de riesgo para la labor del artista. La práctica de un arte contextual implica una confrontación directa y física con la realidad en perpetua evolución. El taller y la galería, órganos protectores, no son sustituidos y la exposición, incluso las sobre-exposiciones son permanentes.
Sin necesidad de una estética violenta o provocativa, las acciones contextuales trastornan el orden habitual de la vida. Este desplazamiento de orientaciones es el punto de fricción que estimula el cambio de percepción, estado buscado por LASA – LaboratorioArtisticodeSanAgustín.
Como espacio de experimentaciones artísticas en el espacio público, LASA aspira también a realizar una plataforma donde se encuentran artistas y habitantes, del norte y del sur, el marginal y el común, del centro y la periferia. Reafirmando diariamente la historia del barrio, su pluralidad social, su importancia demográfica, su derecho a una independencia cultural: LASA trabaja en el desarrollo de la visibilidad de la identidad de San Agustín gracias a un vaivén entre el macro (el espacio globalizado) y el microcosmos (la comunidad San Agustinense), apoyándose tanto sobre la comunicación digital como sobre las relaciones interpersonales directas. La voluntad de ofrecer este laboratorio a artistas profesionales o estudiantes de origines geográficos y disciplinas plurales estimulando el nacimiento del deseo de una diversidad de expresión ante una división en sectores de las artes impuestas, fronteras tales que siempre se deben atravesar.
LASA inventa, estrategias de financiamientos mixtos con varias asociaciones extranjeras de interés general, librándose de modelos establecidos – institucionales o comerciales. Nuestro laboratorio se apoya igualmente sobre un equipo de voluntarios habitantes de San Agustín, universitarios u obreros, estudiantes y activos adolescentes o adultos. Esta mezcla nutre la cotidianidad de LASA y se impone como la materia prima de los artistas. Rompiendo con todas las imágenes tradicionales difundidas sobre Cuba y los prejuicios sobre los extranjeros presentes en el país, dando paso a la creación de una relación muy peculiar. El contexto, también en este caso la materia, se impone al artista, quien trata de modelarla, a veces con éxito, otras veces en vano, para crear su obra integrada: la transcendencia de dos mundos, una tercera vía posible.
Sin necesidad de una estética violenta o provocativa, las acciones contextuales trastornan el orden habitual de la vida. Este desplazamiento de orientaciones es el punto de fricción que estimula el cambio de percepción, estado buscado por LASA – LaboratorioArtisticodeSanAgustín.
Como espacio de experimentaciones artísticas en el espacio público, LASA aspira también a realizar una plataforma donde se encuentran artistas y habitantes, del norte y del sur, el marginal y el común, del centro y la periferia. Reafirmando diariamente la historia del barrio, su pluralidad social, su importancia demográfica, su derecho a una independencia cultural: LASA trabaja en el desarrollo de la visibilidad de la identidad de San Agustín gracias a un vaivén entre el macro (el espacio globalizado) y el microcosmos (la comunidad San Agustinense), apoyándose tanto sobre la comunicación digital como sobre las relaciones interpersonales directas. La voluntad de ofrecer este laboratorio a artistas profesionales o estudiantes de origines geográficos y disciplinas plurales estimulando el nacimiento del deseo de una diversidad de expresión ante una división en sectores de las artes impuestas, fronteras tales que siempre se deben atravesar.
LASA inventa, estrategias de financiamientos mixtos con varias asociaciones extranjeras de interés general, librándose de modelos establecidos – institucionales o comerciales. Nuestro laboratorio se apoya igualmente sobre un equipo de voluntarios habitantes de San Agustín, universitarios u obreros, estudiantes y activos adolescentes o adultos. Esta mezcla nutre la cotidianidad de LASA y se impone como la materia prima de los artistas. Rompiendo con todas las imágenes tradicionales difundidas sobre Cuba y los prejuicios sobre los extranjeros presentes en el país, dando paso a la creación de una relación muy peculiar. El contexto, también en este caso la materia, se impone al artista, quien trata de modelarla, a veces con éxito, otras veces en vano, para crear su obra integrada: la transcendencia de dos mundos, una tercera vía posible.
Aurélie Sampeur