Rafael Trelles interviene sobre las superficies exteriores ennegrecidas por la polución y la humedad de las ciudades. En San Agustín, trabaja sobre la cisterna de la escuela, las paredes de un punto de cables telefónicos, de una casa, de un consultorio médico y sobre el piso de hormigón de un círculo de abuelos. Por primera vez, realiza también motivos a 18 metros de altura sobre las fachadas de varios edificios del reparto.