“San Agustín Soundtrack” José Ángel Báez desvía el significado de "San Agustín" y recuerda su origen religioso por el cual uno de los propietarios y fundador del reparto (Agustín Prado) le dio su nombre en los años 50. Valoriza además la arquitectura del barrio, transformándola durante el tiempo de una proyección al ofrecer otra mirada sobre edificios públicos como el Consejo Popular (construido en los años 50) y el mercado de 240 y 31, de los años 70.
A partir de la lectura por dos moderadores especializados de la radio cubana (Vivian Espino y Héctor Núñez Lusiano) de la biografía del santo Agustín y de su retrato, José Ángel Báez realiza una acción de veinte minutos. El artista cubano cuelga el cuadro en la pared del edificio la noche del performance y superpone las voces de los moderadores gracias a un programa de audio. Durante la acción, José Ángel Báez varía las formas y los tonos de las voces, jugando con el retrato pintado y el soporte arquitectónico.
Logra un diálogo pintura-vocesarquitectura particularmente interesante sobre el mercado de 240 y 31. Las diferentes superficies y profundidades del edificio normalmente poco atractivo toman un aspecto totalmente diferente gracias a las variaciones logradas por el programa de audio. Con San Agustín Soundtrack, José Ángel Báez, pintor de formación, se apropia plenamente de las herramientas y las posibilidades del laboratorio de San Agustín para explorar nuevas técnicas. Al igual que para Candelario, el elemento gráfico y pictórico continúa siendo el central, pero no el único.