Adonys Moreno realiza una performance con globos en los cuales inyecta el gas helio y se insertan mensajes con textos referidos a la conciencia del receptor, escritos por el mismo artista o colectados de otros autores. Los globos despegan uno a uno, llenando el cielo nocturno de cuerpos extraños. El objetivo de Adonys Moreno es la interacción con el receptor del globo quien, al leer el mensaje contenido en el balón, tiene las indicaciones para reportar el lugar de caída del globo, en contraparte a lo cual se le ofrece una recompensa.
A partir de los resultados, el artista realiza un mapa en el que se reporta hasta dónde puede llegar un pensamiento, una idea, un mensaje y tener visualidad de cómo se pueden mover por diferentes vías y direcciones las ideas. Las ideas no encontradas también son vistas como protagonistas y, aquellas que encuentren su destinatario, pueden hablar a través de una especie de selección por parte de la idea de su receptor.