lunes, 26 de abril de 2010

Nora Schlecht con Yoan Manuel Gonzalez Rey - ESTE DESAPARECER QUE EXTRAÑAMENTE NOS CONCIERNE

Los ruidos que nos rodean diariamente los percibimos, muchas veces, solo de manera inconsciente. El oído elige y decide qué es “importante“ y qué no lo es sin apenas percatarnos. De no ser así no podríamos, por ejemplo, soportar el ruido del tráfico. El inconveniente de este prodigio es, sin embargo, que hay sonidos que poco a poco no escuchamos más, aun cuando tuviese algún valor escucharlos.

Nuestro objetivo es permitir que los ruidos cotidianos sean audibles. Esto lo conseguiremos poniendo dichos ruidos en otros contextos: La atmósfera sonora de las calles en Cuba es totalmente diferente a la de las calles en Alemania.

La atmósfera sonora diurna y animada de San Agustín en los kioskos será grabada y, la noche siguiente, será difundida en el mismo lugar. La escena acústica de cada día se repite en la soledad y provoca un eco. Los kioskos serán como escenas alumbradas prolijamente sobre las cuales los ruidos del día actúan de forma fantasmagórica. Las conversaciones y los encuentros ya no están. No se pueden repetir – solo queda la presencia fugaz de las personas.